Jenny Sky Is The Limit

Cientos de viajeros recorren cada día las hermosisimas calles coloniales de Cartagena de Indias, y entre ellos se pasean también un grupo de mujeres muy llamativas, arregladas con faldas coloridas y bombachas, ellas, especialistas en vender sus productos al quien sea que se les atraviese por el camino, lo encantan a uno con su alegría y su carisma., así pues no hay quien les diga que no!. Sus productos incluyen dulces tradicionales como la cocada, y la “alegría”, además de una variedad de frutas tropicales, los cuales llevan en grandes cestas sobre sus cabezas en un juego de equilibrio majestuoso mientras caminan por las calles de la ciudad.

Estas mujeres son las afamadas palenqueras de la ciudad. Bueno, la verdad es que ellas no solo se pasean por Cartagena sino que van por toda la región compartiendo sus delicias y recetas. Recetas que se han transmitido de generación en generación durante más de tres siglos. Pero, más allá de las palenqueras se esconde una población de tradiciones, de ritmos de música y de africanidad, hoy mi visita acompanada de mi muy guapo e intrigado andaluz quien es amante de la cultura africana. Asi pues llegamos a San Basilio de Palenque.

San Basilio de Palenque.

San Basilio de Palenque es una población donde residen más de 3500 habitantes todos afrodescendientes, allí se respiran aun las tradiciones vivas de nuestra herencia africana.

Al llegar, nos recibió un guía local, un hombre alto y muy alegre, que nos dio la bienvenida con una sonrisa y una serie de relatos que contaban su legado histórico. Su forma de expresarse me infundió mucha confianza y buenas vibraciones. Con confidencia, carisma y un orgullo evidente por su identidad, brillaba mientras compartía sus relatos. Así, realicé un viaje mental de 400 años atrás, imaginando la historia de San Basilio de Palenque, una narrativa de valentía, lucha y resiliencia para aquellos que escaparon de la esclavitud en los tiempos más difíciles de la colonia.

El protagonista de esta historia es Benkos Bioho, un negro cimarrón valiente y empoderado originario del Congo. Escapó de una embarcación que navegaba por el río Magdalena, donde estaba siendo trasladado como esclavo para ser vendido.

Benkos Bioho se llevó consigo a cuantos pudo y, corriendo, se adentraron en los Montes de María, atravesando la serranía de San Jacinto hasta llegar a este punto, donde fundó San Basilio de Palenque.

El guía nos relató la valentía y el liderazgo de Benkos Bioho, quien siempre buscaba salvar a cada esclavo que se cruzaba en su camino. La persistencia de Bioho llevó a los españoles a prometerle paz en San Basilio si dejaba de intentar rescatar a más esclavos.

Esta promesa se materializó con la firma de la capitulación de paz en 1603 entre los españoles y las personas esclavizadas de la región.

A pesar de las adversidades y traiciones que ocurrieron después de esta capitulación, Benkos Bioho creó una historia, un legado y un sueño de libertad que aún hoy inspira por su trascendencia cultural y social.

¿Puede imaginar vivir esta historia? Ponerse hipotéticamente en los zapatos de Benkos Bioho en su tiempo es una experiencia que deja sin palabras.

San Basilio de Palenque: Un pueblo único, humilde y lleno de alegría e identidad cultural. Sin lujos ni hoteles cinco estrellas, este lugar encierra en su idioma, gastronomía y música la riqueza de sus tradiciones. La UNESCO lo declaró una obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad en 2005.

Hablar de palenque tambien es hablar de la historia de fusión de las razas africana de se dio lugar hace más de tres siglos, donde los  ex esclavos se unieron y fusionaron el idioma español, portugués, inglés, francés, bantú y pingui para crear asi su propio idioma: el Palenque. También ha sido declarado Lugar de Carácter Nacional e Interés Cultural por el gobierno colombiano.

Los tambores que retumban en San Basilio de Palenque marcan un ritmo musical inquebrantable. Aunque no tuve la oportunidad de disfrutarlos en vivo, la influencia de África es evidente en cada rincón. Los instrumentos de percusión resuenan con ritmos como la puya, bullerengue, mapalé y hasta la champeta. En este lugar, incluso la muerte está marcada con el ritmo de un tambor.

Caminando por la placita principal del pueblo, observamos y nos tomamos una fotos cerca al monumento a Domingo Benkos Biohó. Allí había una ambiente rodeado de mujeres jóvenes, risueñas ella se sientan en grupos y se hacen las unas a las otras sus trenzas, y es que ello también tiene su historia. En el trenzado el pelo se escondía una técnica que se usó en esa época de esclavitud, con el fin de esconder mapas con rutas de escapes y también para ocultar semillas antes de huir con la ilusión de poder plantarlas en algún lugar libre. En esa tarde de caminar, para no solo hubo horas de calor intenso, sino descubrimiento maravilloso de nuestros ancestros, me sentí muy honrada por la oportunidad de estar allí, aprendiendo.

La alegría que se vive allí en San Basilio de Palenque, esta en su tenacidad para bailar estilos como champeta. También en artistas como el Sexteto Tabalá, el maestro Rafael Cassiani, el encanto de canciones como Bullerengue Sentao, Son del Negro se pueden descubrir para aquello que se atreven a visitar esta población.

Nuestro guía nos contó que una de las mejores épocas del año para visitar es en octubre, cuando se celebra el Festival de Tambores y Expresiones Culturales, una descripción completa de la cultura musical de San Basilio de Palenque, me están dando ganas de reservarme un boleto para octubre!

Este sin duda ha sido uno de mis experiencias de viaje preferidas. Aprendí muchas cosas de la historia de los orígenes del pueblo y su gran contribución a la historia de Cartagena y me reí mucho durante el viaje gracias a la calidez con la que fuimos recibidos.  Fue un viaje inolvidable y se lo recomiendo a cualquiera que busque experiencias culturales auténticas.

Gracias infinitas por leer mi blog y viajar juntos a traves de estos relatos.

Una tierra del olvido que nunca sera olvidada, tesoro cultural para mi deleite de hoy.

❤️

🙂 Jenny